“Sus huesos empezaron a llenarse de ruidos”
García Márquez, Cien años de soledad.
AL HUESO
En las culturas nativas, los objetos tienen vida. Ser agua, ser tierra, ser hueso. Robin Kimmerer¹ nos cuenta su descubrimiento del idioma de sus ancestros. En potawatomi, la palabra “bahía” es un verbo: ser una bahía. Es un nombre sólo cuando el agua está muerta, atrapada. El verbo libera al agua y la deja vivir. Esta forma de estar en el mundo nos hermana con los seres no humanxs, nos compele a reconsiderar nuestras formas de estar y hacer con otrxs.
El hueso, desde el inicio de nuestro trabajo en grupo allá por 2018, aparece como un ser que nos interpela. No es materia inerte. La idea de “materia vibrante”², activa, poderosa, se nos presenta con apabullante claridad. Atrae y repele. El hueso contiene en sí las energías de los seres que habitó, su alimento, su historia. Es oscuro, vivo. Intimidante.
Con cuidadosa modestia nos propusimos trabajar con él para contar sus historias, no siempre sencillas. A veces encontramos desolación: restos abandonados, bosques destruidos, tierra y niñxs envenenadxs. Otras, ternura. Huesos que abrazan, sostienen, alimentan. Finalmente, relatos del hacer: herramientas, manos que tejen, tallan, modelan.
“Curiosa es la persistencia del hueso”, dice Oscar Hahn. En nosotras es vínculo que se empeña en construir y reconstruir un lugar para ser con lxs demxás. Nadie se salva solx.
Gabriela Nirino / Colectivo Caracú
1 Kimmerer,R. Una trenza de hierba sagrada, Capitán Swing Libros, España, 2021.
2 Bennett, J. Materia vibrante. Una ecología política de las cosas.Caja Negra, CABA, 2022.
Todos mis Huesos son ajenos
Esta pieza toma como punto de partida fragmentos de obras de César Vallejo, Georgia O’Keeffe, Yoshitomo Nara, Herman Henstenburgh, Alex Callaway y una estampa japonesa de autor desconocido.
Conscientemente, imagino una genealogía imposible y diversa, tejiendo una red de imágenes y épocas. Asumo la libertad de lanzar los dados una y mil veces, convencida de que todo ensamblaje es tan posible como inapropiado, tan subjetivo como la belleza que sustenta nuestra práctica.
Pertenecemos a un linaje antiguo de hacedores que se reconstruye constantemente, entrelazándonos y sosteniéndonos unos a otros. Quizás esa sea la belleza; el otro.
Vínculos
Sin tejido, lazos, cobertura, el hueso muere. El cuerpo social está raro. Rechina, cruje, no se entiende. Sus articulaciones se quiebran, se rompen, se disuelven. Desaparecen los lazos conocidos, se desintegra.
¿Será posible articular lo diferente? O no tan diferente, hay algo esencial, de origen, en común. Un común denominador. Encrucijadas, simultaneidades en un espacio o momento.¿Cómo se relaciona la desigualdad? ¿Cómo se organiza? ¿Cómo se ensamblan las diferencias? ¿Se trata de formar un cuerpo? ¿Siempre un cuerpo? ¿Es posible no encajar? ¿No encontrar la forma de funcionar? ¿Y si la simple conciencia sobre la presencia del otro, el respeto, la escucha, fuera la articulación necesaria?
Ese espacio de entendimiento en donde sea posible fluir, acercarse, alejarse, contactarse, mezclarse, convocarse y, eventualmente crear lo nuevo, lo posible, una estructura, una novedad. Un nuevo cuerpo, que no por extraño debamos rechazar.
“(…) y los huesos desenterraron las voces. Cada cráneo, cada costilla, cada vértebra tenía una historia que contar, una historia de la que nadie recordaba el final."
Eduardo Galeano. Memoria del fuego
El hueso de Ishango (África) es un artefacto que cruza arte y ciencia. Es un hueso de mandril, tallado, datado en el Paleolítico superior. Las muescas de su superficie indicarían un sistema matemático y también un calendario lunar. En la punta tiene un cuarzo: ¿es entonces un dispositivo de cálculo, un arma, un elemento de escritura? El hueso es un soporte antiquísimo para comunicarse, defenderse, hacer herramientas.
En distintas tradiciones, se considera que portan la energía del ser vivo al que pertenecieron.Mis artefactos están hechos con varillas de abanicos de mis bisabuelas. Desconozco el origen del hueso con que fueron fabricados. Pero sí sé que fueron atesorados y llegaron hasta mí como una ofrenda y un puente entre pasado y presente. En su silenciosa presencia sus historias persisten.
De enigmas adentro, de tripas afuera
Después de un largo camino de trabajo y búsqueda, encontré que el tejido siempre fue un denominador común de mi vida, un factor de disfrute fundamental.
Para este proyecto retomé un material muy preciado para mí, la fibra de chaguar, hilada y teñida con frutos de la tierra por artesanas Whichi, pueblo originario de Salta, mi lugar de nacimiento.
El corazón del hueso se abre, se expresa intuitivamente, sin plan preestablecido. Intenta transmitir sensaciones, sentimientos, descubriendo nuevas formas de expresión. Cada pieza es parte de este reto. El tejido habla de mi propia historia.
Cyprinus carpio
Busco entre los miles de huesos de pescado en las orillas del humedal para encontrar belleza en la devastación.
Conquista y destrucción. Caminos paralelos de peces y humanos.
Génesis 3:19
El peso de la maldición no será para todos los hombros.
Aunque la tierra recoja por igual tus restos, los suyos y los míos.
Debajo de la piel y las espinas
En un mundo lleno de imágenes planas lo superficial parecería ser la única realidad. Pero debajo de la superficie, sólido en su invisibilidad, nuestro esqueleto es la verdadera base de nuestra forma. Cuando era chica y por primera vez vi que algunos cactus también tenían una estructura dura adentro me sorprendí con su similitud en apariencia con el interior de los huesos. Estas piezas investigan las formas que hay abajo de la piel y las espinas.
Abrazo
Los huesos son lo último que perdemos; sin embargo, nos sostienen hasta el final. Nuestra estructura humana se siente en un Abrazo. Acostumbrados a tener cautela con lo físico, usamos las palabras, extensión sensitiva y voluntaria de nosotros.
El lenguaje que expresa los sentires y nos incluye en una trama es una herramienta delicada y poderosa que puede generar un paraíso de emociones o llegar hasta el hueso… y quebrarlo. Hoy necesito un abrazo que rompa el miedo.
La teta rota
Y de repente, un simple acto lo transforma todo. Invade hasta el más pequeño espacio de mi ser, me recuerda lo frágil y fuerte que puedo ser. Trae miedos y felicidad, vida y muerte. Hueso materno. Hueso vasija. Hueso sostén. Vulnerable e imperfecto. Pilar del día a día, repleto de azares, bellezas, desafíos, contradicciones y aprendizajes. Al desvanecerse deja su impronta, como un recuerdo que cala hasta los huesos.
Sobre los Materiales y técnicas
Uso yeso, y "bone china" (porcelana de huesos) con restos de huesos de jibia de mi taller. Reciclo pastas caseras que deseé usar durante estos dos años y medio de maternidad, a las que el clima y el tiempo les deshizo sus bolsas y borró sus etiquetas. Vuelvo a sentir la alegría de reencontrarme con este material que, al igual que la maternidad, me trae tantas alegrías y desafíos. En la experimentación camino increíblemente segura por un sendero impredecible.
La fragilidad, me sostiene
La fragilidad, me sostiene. La columna, inestable, rígida y deformada es mi sostén. Mi soporte. Intento Busco adaptarme a los cambios, acompañarlos, para volverme más flexible.
Bosques que caminan
Los bosques caminan. Caminan a una velocidad que parece imperceptible para nuestra vida humana. 18 metros cada 10 años, 5 mm por día, los bosques se desplazan hacia el sur (o norte, según el hemisferio del que hablemos) y hacia territorios más elevados, huyendo del calor y buscando zonas más húmedas. Este hecho aparentemente insignificante altera otros ecosistemas a su paso: los animales, los diálogos y la convivencia entre especies visibles y no visibles. Los bosques albergan más del 80% de las especies terrestres (animales, plantas, insectos). Para nuestra vida instantánea, la aceleración de este proceso es inasible, sin embargo, las consecuencias son visibles.
Desde mi pequeño trabajo de joyería, me gustaría llamar la atención sobre estos tesoros que quizás no apreciamos lo suficiente. Relicarios construidos con piezas de madera antigua, piezas de muebles y objetos del hogar. Contenedores de semillas para plantar árboles en cualquier lugar. Relicarios como huesos para proteger las semillas que debemos germinar.
Santis
No faltan pruebas, sobra complicidad
Las semillas de soja son manipuladas genéticamente por Monsanto y otros laboratorios, para que al fumigar con glifosato muera toda hierba menos la soja. La poblaciones cercanas a los campos son afectadas por este producto, prohibido en muchos países pero no en Argentina, que produce malformaciones genéticas y cáncer.
La foto de “Santis” muestra a una de las víctimas, un pequeño niño, una de las crudas y a la vez poéticas imágenes que el fotógrafo Pablo Piovano realizó a manera de denuncia, con la ayuda de las familias afectadas que generosamente abrieron sus casas y sus historias. Cuando la vi, tuve una inconmensurable necesidad de protegerlo. Modelé en cuero la textura de su piel rugosa: cuero-piel, alma que duele. El objeto relicario tiene soja en el interior. Al tomarlo se puede sentir la textura de su piel en el cuero. Mis piezas denuncian el daño que los agrotóxicos generan en la humanidad y el ambiente, al privilegiar una agricultura depredadora y ajena al bien común.