En esta obra, que se presenta desde diversas perspectivas objetuales, se aborda el trabajo textil en conjunto con fotografía y puesta en escena, para dar cuenta de una propuesta que repara en un insistente trabajo de memoria. Comenzando en la tradición textil, atravesada universalmente desde lo femenino, se dispone de un oscuro manto envolvente que sostiene a una clara y suave contraparte, disuelta en múltiples pequeñas unidades que lo acompañan, iluminan y enraízan. Desde la propuesta fotográfica y de montaje el objeto se presenta portado por el cuerpo de la madre, quien acude al gesto histórico del limpiar, una labor propia de un pasado lejano que se observa desde hoy como un recuerdo, pero que al mismo tiempo, se vive y revive  como un "Presente Perpetuo".

"Arrurú" es un proyecto de carácter y técnicas mixtas que presenta un conjunto de pequeñas casas, de distintos tamaños y formas, construidas en estructuras metálicas revestidas en papel y textil. Cada unidad cuenta con su propia estética y carácter. Todas albergan en su interior a pequeñas muñecas de tela, las que habitan -cada una en su propio lenguaje- estos pequeños escenarios, acompañados de elementos cargados de historia (como maletas antiguas y sillas infantiles), que se resignifican en el hoy, no como simples reliquias, sino que actuando como elementos activos que aportan nuevas dimensiones a la obra, generando un diálogo entre pasado y presente, invitándonos a recordar que los tiempos históricos pueden coexistir. Estos diminutos hogares simbólicos exploran territorios ambiguos y llenos de matices, intentando despojar al recuerdo de una cualidad o tono específico. La ambivalencia es uno de los componentes que permiten dejar la obra abierta, esperando que el espectador sea quien, desde su propia lectura, habite estos pequeños espacios dispuestos a llenarse de nuevos viejos relatos.

Esta instalación textil se compone de tres piezas bordadas que se relacionan entre sí, para formular en conjunto un relato que se hace manifiesto mediante la evocación de objetos cotidianos. Nace aquí una búsqueda, un afán de aproximarse físicamente a aquello que ocurre en ese invisible intersticio que existe entre el alma y la piel... Tanto el bordado, como los diferentes mecanismos textiles que constituyen la obra, se transforman en herramientas de diálogo a través de las cuales se persigue a ese inasible registro que transita en el territorio de lo sensitivo: las invisibles huellas de la experiencia de existir...

Uniones de telas, cortes y puntadas son las metáforas que la obra utiliza para abordar -desde el campo simbólico- la presencia de estos vestigios intangibles; articulando a través de ellos la presencia de lo ausente, mediante un entramado de hilos y líneas que construyen en conjunto un cuerpo propio, entrelazándose con cada uno de los elementos, como pistas espectrales de un camino recorrido.

"Durmiente" es una obra que presenta un montaje de carácter mixto, que involucra foto-performance y objeto. Una serie de fotografías registran la experiencia de un cuerpo inmerso en un entorno natural que se manifiesta como soporte para albergar. Es a través del agua que lo envuelve, que le es posible capturar la vivencia del paisaje. En el exterior, el cuerpo se hace testigo de la imagen natural. Mientras que en el interior, descansa una vasija de arcilla en el suelo de la sala; se ha erigido ahí para contener un líquido oscuro y espeso. Una dualidad de miradas que se interpela y complementa.

La obra registra un continuo de experiencias. La acción performática radica en el gesto de sumergirse en el paisaje, mientras el objeto es un manifiesto de los sentidos -intensamente vivos- en contacto con el hacer; diálogo que evoca a un cuerpo impregnado de naturaleza y realidad, que encarna el paisaje mientras se humaniza la materia.

Proyecto integrado por obras de carácter inmersivo y performático, que han sido tejidas a mano, con recursos  cotidianos como lanas, cuerdas, algodones y otros elementos textiles. Las piezas, convocantes, se disponen de manera que puedan ser rodeadas y recorridas, tanto por dentro como por fuera; permitiendo así al espectador decidir, desde su propia perspectiva corporal, que posición tomar al respecto de la invitación que las obras le presentan. Con un carácter abierto, invita a conjugar experiencias desde sus comienzos, involucrando a otros en diversas etapas de las instancias creativas. 

La propuesta emplaza al espectador a hacer uso de su tiempo y de su espacio... es que el tiempo en este proyecto es determinante. La obra es una invitación a acercarse y someterse a la posibilidad de una vivencia, una trampa que intenta capturar los instantes dentro de los cuales la experiencia transcurre y existe, un instante detenido para procurar atrapar, por unos cuantos segundos, el aroma del tiempo.

Esta puesta en escena es un montaje mixto que reúne distintos elementos que conforman la obra en su totalidad. Dentro de este marco, el aspecto performático articula el proyecto como eje principal, formulando un registro de la vivencia; la obra existe gracias a la experiencia y al cuerpo que se relaciona con esta. El objeto-malla y las imágenes que lo acompañan configuran un registro, que al transferirse a tela sobre molduras de bordado, conecta la propuesta con la tradición textil; configurando así el cuerpo material del proyecto. Todos los elementos presentes conforman las huellas de la obra; la que es, en realidad, mucho más que lo que vemos.

Un montaje mixto que plantea un misterio heterogéneo en donde las partes proponen involucrarse de forma activa; cada una de ellas se sostiene de la otra para funcionar como un todo. Una invitación enigmática que involucra a los sentidos, al pensar y al sentir.

Una antigua vitrina familiar secuestrada, vestida por una piel de tela que se ha construido a partir del rescate de viejos manteles familiares históricos. La piel textil semi-envuelve a este objeto-mueble que se encuentra detenido entre las cuerdas. Se asoman por los espacios descubiertos las repisas que sustentan algunos de los intentos de aquellas misivas que nunca lograron ser escritas, como restos de naufragios que terminaron por fundirse en el tiempo atrapado del encierro...

La poética formulada por el cruce de estos objetos nos susurra historias de una memoria antigua y perdida. El rescate, tanto objetual como textil, se plantea como punto clave de la resignificación material y metafórica; y la búsqueda de aquello que está extraviado, eso que aún sigue flotando tanto en el recuerdo como en el olvido, nos invita a elaborar un nuevo intento por entender...

La muestra "El Cotidiano Infinito" es una instalación que combina diversas materialidades textiles y objetuales. La disposición y resignificación de las piezas nos invita a una observación pausada, desde la cual nos podemos preguntar por nuestras propias sensaciones, recuerdos y vínculos. La obra se configura como un dispositivo evocativo del cotidiano histórico, como un artefacto de memoria que aborda el campo de los recuerdos, las emociones, el cuerpo y la narrativa del inconsciente femenino.

El recorrido visual consta de una manta intervenida con bolsas de té bordadas, dispuesta a modo de registro sensible de un conjunto de palabras; y junto a ella, una familia de broches realizados en cobre y textil, creados mediante la manipulación de tejidos existentes que fueron recolectados y dispuestos al interior de dos baúles añosos que irradian luz desde su interior. La muestra se complementa con el registro fotográfico de la madre de la artista portando las piezas, configurando así una re-interpretación simbólica de lo doméstico, un registro textil que funciona a modo de emocionario, que nos invita a abordar, desde nuestra propia mirada e historia, un territorio cotidiano circular que transita a través de los tiempos, que muta, pero que no termina.