El arte es un producto fisiológico, visceral; se relaciona con la entraña y es como parir. Solo los humanos, dentro del reino animal, paren arte como forma de replicar su especie. No lo hacen para perdurar, sino para conservar la esencia. No es algo que lo domine o entienda el intelecto: no es enumerable, ni cuantificable, ni explicable. Está dentro del terreno de las emociones y por tanto es doxa en su representación más perfecta.
La esencia a la que me refiero, es esa sublime secreción que nos define como especie: la capacidad de sentir que existimos unida al deseo de querer entender; de allí despega toda acción creativa.
Algunos escogen el intelecto como motor central de búsqueda, a otros nos acoge la emoción.

Jessica Morillo- Artista/diseñadora/educadora-Tucumán/Argentina.

Desarrollo mi trabajo en el campo de las artes visuales y el diseño. Mis obras textiles adquieren diversas materialidades como intervenciones en el espacio público, instalaciones, esculturas, joyería, piezas digitales, etc. Activo el textil desde diferentes espacios, la calle, la virtualidad, la educación, desde lo personal a lo colectivo, y como motor en torno a discusiones sobre género y política.

Hace 15 años me dedico a la producción de joyería contemporánea textil, soy responsable y creativa de Ansiosa Hormona (mi marca de joyería). Dirijo Joya Laboratorio textil, espacio virtual de aprendizaje que se enfoca en procesos creativos y técnicos en torno a obras textiles y las derivas de la joyería contemporánea.

El primer material que utilice para expresarme, fue la plata. Estudié para hacer joyas, pero después, seguí la experimentación con técnicas y materiales, en la búsqueda de una expresión más personal. Perseguía otros lenguajes, nuevos territorios, diálogos entre disciplinas y formatos, pero siempre teniendo el cuerpo como soporte del objeto. Los conceptos de mudanza, tránsito, identidad o territorio, así como perfiles nómadas o trashumantes han estado en el fondo de la forma y he tomado la palabra migración, cómo punto de partida de muchas propuestas... Migran las personas. Migran las tradiciones. Migran las costumbres. Migran los objetos, y ahora, lo experimentamos con las palabras. Migran las imágenes, migran las propuestas, migramos todos, en un arrebato de palabras, libros y textos.

Sobrevivir 15 años entre la joyería de arte y la joyería de autor: todo junto, revuelto y al mismo tiempo. Una constante negociación de dos cabezas que compiten por habitar un mismo cuerpo y un mismo tiempo, traspasando límites difusos que inútilmente intento demarcar. Una retrospectiva, una crisis y una epifanía.

Arquitecto de profesión, siempre tuvo la necesidad de crear cosas con las manos. Con su trabajo busca descubrir y comprender nuestra identidad cultural. Desde el 2010 divide su tiempo entre el trabajo para su marca Casa Kiro Joyas y un trabajo personal de joyería artística.